Turrialba, Costa Rica fue nuestro último destino en el país.
Cuando me enteré la cantidad de volcanes que en Costa Rica estaban activos, me resultó super interesante. Pero cuando vi que había uno arrojando cenizas justo al momento en que íbamos, eso me atrapó.
Desde Quepos tomamos la ruta al Volcán Irazu e hicimos un camino de montaña a la zona del Turrialba.
El camino es precioso. Super angosto y mejor (no obligatorio) para una 4×4 pero se disfruta muchísimo.
Se ven campos de cultivo, algunas vacas y hasta cruzamos un granero que parecía salido de un cuento.
Nos quedamos en las Cabañas Albergue Cortijo el Quetzal. Un lugar que recomiendo mil por ciento. Están perfectamente equipadas y son hermosísimas.
Acá tendrás que llevar todo para cocinarte porque el pueblo más cercano está a 20 km así que no es muy práctico para comprar comida hecha.
Para nosotros, fue un perfecto “retiro espiritual” para finalizar el intenso viaje por Costa Rica que ya llevaba 27 días.
Llegamos a las 3 de la tarde, nos cocinamos, miramos televisión, hicimos un fuego en el hogar a leña, miramos estrellas fugaces. Llovió y se volvió a despejar.
Mientras escribía esto, escuchaba, sentada en el balcón de la cabaña, a los colibríes volar alrededor mío. Mas lejos, se escucha un gallo y ya vimos pasar varias vacas.
Hay también otros pájaros que no reconozco y siento el sonido de las plantas moverse con el viento. Cada tanto, subo a la habitación a verificar si seguimos arriba de las nubes.
Acá hay una planta, parece que le dicen “sombrilla de pobre” . Es típica de la zona y estoy enamorada de ella. Yo le decía lechugón cariñosamente y los vi por primera vez en el Volcán Irazu, pero acá son enormes.
Está fresco, sobre todo a la noche, pero de día el sol calienta tremendamente.
Cuando íbamos acercándonos al Volcán Turrialba en nuestra ruta desde el Pacifico Tico, ya se sentía el olor a azufre. Hacía más de un mes que el Parque Nacional Turrialba estaba cerrado por precaución ya que este gigante estuvo dejando salir sus cenizas.
Igual, queríamos ir a la zona a disfrutar las montañas y decidimos hacer la caminata al Bosque Quemado con la Hacienda La central.
En la zona hay varias opciones de guías que llevan a hacer este tipo de caminatas, inclusive, en tu alojamiento te pueden recomendar algún guía vaqueano que te lleve.
Nosotros nos inclinamos por la Hacienda la Central porque dentro de los limites de su parque, se puede llegar muy cerca del volcán.
Aunque es probable que se encuentren tours en la web que ofrecen escalar el volcán, es importante aclarar que esto no esta permitido por ser sumamente peligroso. El Volcán Turrialba, está permanentemente activo y las erupciones de cenizas son frecuentes.
Después de pasar una noche a puro hogar a leña en Turrialba, fuimos a hacer la caminata al Bosque Quemado.
Nosotros contratamos este tour con Hacienda la Central, que, como ya dije, tiene dentro de los límites de su terreno todos los atractivos que queríamos ver.
También en la zona se puede ingresar al Parque Nacional del Volcán Turrialba, pero en el momento en que fuimos estaba cerrado por las erupciones volcánicas, así que no podré contarles por ahora como es el parque.
En la Hacienda La Central hay varias opciones de trekking para hacer, inclusive, tienen un área para acampe donde se puede pasar la noche justo frente al Volcán Turrialba. Nosotros optamos por la cabaña porque no llevábamos bolsas de dormir en el equipaje pero debe ser una experiencia maravillosa.
Nuestra caminata al Bosque Quemado de 5 kilometros inició a las 9 de la mañana y la duración aproximada es 2 horas. Si bien es una caminata de poca o media dificultad, si hay que tener en cuenta que se está subiendo la mayor parte del trayecto de ida y es un camino de montaña por lo que no hay accesibilidad para personas como movilidad reducida o cochecitos de bebe. Además, estarás caminando sobre los 2500 msnm que en subida se hacen sentir.
Esta caminata está disponible solo sábados y domingos y el valor es 10 USD por persona.
Durante la caminata un guía va contando sobre el lugar y la historia de las erupciones mientras el suelo pasa del verde al gris a medida que nos acercamos al volcán.
El bosque quemado realmente es un pequeño bosque, que recibe siempre los gases del volcán por la dirección del viento y que fue víctima de varias erupciones, por lo que quedó petrificado.
Luego de caminar por la zona y varias paradas para fotos y explicaciones, llegamos a la base del volcán y pudimos pasar un buen ratos sentados en su arena gris.
Eso con el volcán sacando humo por su cráter, me parecieron una experiencia espectacular que vale mucho la pena.
Acá con el leño prendido, medias y buzo pienso: esto también es Costa Rica?
Que país maravilloso! En dos horas estás en un lugar completamente diferente del que saliste.
Eso, más que los ticos son relajados y alegres, son la combinación perfecta para no querer irme.
Acá, a los pies del Turrialba, ya sé que me quedan menos de 24 horas en suelo tico y se me escapa una lágrima. Va a ser difícil no extrañar todo esto.
Salimos de la Hacienda la central alrededor de las 12 del mediodía, con el mate cargado listos para emprender viaje a San José entre nubes y campos de cultivos.
Acá terminaban nuestras aventuras de este primer viaje a Costa Rica. Pura Vida!