El objetivo estaba claro, si íbamos a Jordania, teníamos que dormir en el desierto de Wadi Rum.
Un tiempo antes habíamos visto la película The Martian (que fue filmada en este desierto) y supe que tenia que conocer tan maravilloso lugar. Según Hollywood, el lugar mas parecido al planeta Marte sobre la Tierra.
Tanto si venís viajando por Jordania, como si estas en un país vecino, el acceso a Wadi Rum es sencillo y se encuentra aproximadamente a 100 km del atractivo turístico mas importante del país: la maravillosa ciudad Tallada de Petra.
Hay transportes públicos para llegar y también se puede ir en tours organizados en cualquiera de las agencias turísticas de la ciudad de Wadi Musa (el lugar donde seguramente te alojarás si visitas Petra).
Nosotros, que le damos mucho valor a movernos por nuestra cuenta, teníamos un auto que alquilamos en Amman. Veníamos recorriendo el país desde su capital en cuatro ruedas, lo que nos permitió conocer el emblemático Camino de los reyes, donde vimos algunas de las muchas maravillas con que cuenta este país.
Dependiendo del campamento que elijas para dormir en el desierto de Wadi Rum, te asignaran un parking donde debes dejar el vehículo con el que llegaste. A partir de aquí, el desierto solo acepta dos tipos de vehículos, camellos o 4×4.
En nuestro caso, elegimos el 4×4, ya que no montamos animales si existe cualquier otra opción. Si te gusta la velocidad, es una elección doblemente buena porque los minutos hasta el campamento serán una especie de montaña rusa beduina. Vas a llegar despeinado/a, eso te lo aseguro!
Seguramente cuando busques campamentos, te preguntes cuál elegir. Lógicamente, esto depende de tus gustos, de tu bolsillo y que es lo que esperas de una noche en el desierto.
Nosotros estuvimos muy cerca de gastar algo de más por reservar unas tiendas que tenían paredes transparentes y al final no lo hicimos. Fue una excelente elección ahorrar en eso, y ahora te cuento porque.
A la hora de elegir el tipo de lugar en el que queríamos dormir en el desierto de Wadi Rum, tuvimos un principal factor en cuenta: si íbamos al desierto, buscábamos soledad y tranquilidad, por eso el primer filtro que hicimos fue el tamaño del campamento.
Verás cuando busques que hay campamentos que en las fotos se ven con 20 o más carpas. A ese tipo de lugares les huimos. Una vez allí, me di cuenta que estuvo muy bien, porque pasamos por alojamientos en extremo ruidosos y creo que eso hubiera arruinado un poco la experiencia.
Luego, decidimos que los lujos en la tienda, las paredes de vidrio, los baños privados, no eran importantes. Al final, siempre son los mismos los puntos principales: Limpieza y Buena Comida.
Así, terminamos eligiendo el Arabian Nights Camp. Cuenta con solo seis carpas y eso fue un punto fundamental.
El mismo campamento ofrece la opción de dormir en el desierto de Wadi Rum pero al aire libre: luego de cenar te llevan a un lugar un poco mas alejado, el catre, la manta y tu humilde cuerpito a disfrutar de una autentica noche bajo las estrellas.
Nosotros tuvimos una tienda. Ahora bien, porqué digo que al final no importa la tienda que elijas? Luego de la cena y el lógico cafecito, pasamos horas en un fogón contemplando las estrellas. Cuando la vida te regala la posibilidad de conocer una maravilla semejante, dormir no tiene sentido.
Si nunca estuviste en un desierto, como era mi caso en ese viaje, probablemente lo mas llamativo sea el silencio. La sensación fue que el tiempo se detuvo, ahí, en ese instante y parecía mentira que fuera de ese espacio de dunas y arena roja haya ciudades, autos y negocios.
Yo tampoco sabía que esto de visitar desiertos se me convertiría en una fascinación.
Ni bien llegamos, caminamos a lo que parecía una “dunita” cercana para ver el atardecer con unos mates, siempre nuestro plan mas perfecto.
Costo mucho mas de lo que habíamos pensado, ni estaba cerca, ni era una dunita. Pero fue uno de los momentos más mágicos de mis viajes. Esa quietud te aclara el alma. Nada puede estar mal ahí y no hay ningún otro lugar donde quieras estar.
Volver al campamento de noche fue tan difícil como subir esa duna, cualquiera que haya visto La Momia o Aladdin, sabe que en el desierto hay escarabajos y escorpiones de temer! y aunque no vi ninguno, pensé en ellos muchas veces.
La hora de la cena llega con todo el show que te podes imaginar, carpa-comedor alfombrada, te en las mas hermosas teteritas, y un pollo con papas y vegetales que se cocina debajo de la arena por horas haciendo el efecto horno, pero del desierto. Abundante y rico. Eso termina con fogata al aire libre, mas te, (siempre te en Jordania) café árabe y shisha.
Nos quedamos charlando por horas con una pareja (estadounidense y puertorriqueña) que conocimos ahí. No hay ninguna excusa para querer cerrar los ojos ante la belleza del desierto encendido solo por la luz de las estrellas.
Fue sin dudas una de las mejores noches de mi vida, a nivel personal, estaba atravesando un momento difícil, mi propio desierto y aquella noche fue mi oasis. Tuve un sueño sanador y estoy convencida que tuvo que ver con esa paz, esa tranquilidad que finalmente pude respirar. Desde ese día el desierto y yo tenemos un gancho especial, un vinculo inexplicable pero profundo.
De hecho, creo que dormimos apenas dos o tres horas, ni locos nos íbamos a perder el amanecer en ese mágico entorno. Había millones de estrellas fugaces volando sobre nuestras cabezas a las 4:30 de la mañana y no hacia tanto frio como esperábamos. Sin duda, todo estaba bien.
Son bastantes las actividades propuestas para el día, elijas o no, dormir en el desierto de Wadi Rum. Ya que también hay tours de un día desde Petra, pero desde mi punto de vista, no vale la pena perderse la experiencia de vivir esa noche bajo las estrellas.
Dentro de las opciones, hay tours en 4×4 o en camellos (aunque ya dije mi opinión sobre utilizar animales para el turismo), caminatas, paseo en globo y Sandboard. Cualquier tour que contrates, las tendrá disponibles.
Nosotros sin embargo, preferimos no tener ninguna actividad programada, quisimos disfrutar la quietud del lugar así, quietos. Desayunamos y nos limitamos a leer a la sombra de una roca y espantar moscas, (eso si, no me pregunten porque pero hay muchas moscas en el desierto) hasta el mediodía, cuando te llevan nuevamente al parking a reencontrarte con tu vehículo o tour.
Nos fuimos felices de haber conocido semejante maravilla.
Los desiertos, testigos de la vida hace millones de años, se convirtieron desde ese día en una pasión para mi.
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[…] duró el viaje hasta las dunas de Sam Sand donde íbamos a pasar la noche. Desde mi primera vez en Wadi Rum, que ilusión me hacen los […]